BoA, su equivalente a casi seis vueltas al mundo en recorrido y sus secretos respecto a lucha contra el COVID-19

Con un kilometraje de recorrido equivalente a casi seis vueltas al mundo y un cúmulo de secretos por contarse, la línea aérea estatal Boliviana de Aviación (BoA) es el aliado estratégico más importante para salvar vidas en la lucha contra el COVID-19; con el traslado de vacunas, equipos, pruebas y medicinas desde varios países, constituyéndose en un referente internacional por el éxito de sus operaciones.

Una historia digna de contar. La aventura de la empresa aeronáutica nacional comenzó su incursión en las tareas anticovid el 30 de enero de este año con el traslado de 500.000 pruebas de antígeno nasal de Corea del Sur y, desde entonces, no ha parado. También ya hizo vuelos a China, Rusia e India, por vacunas, equipamiento y test rápidos.

La primera tarea, como siempre, requirió un esfuerzo nunca antes pensado, puesto que el avión utilizado tuvo que aproximarse al Polo Norte para pasar por Estados Unidos, dirigirse a Japón y finalmente llegar a destino.

El periplo de BoA, sin embargo, no fue resultado de la improvisación y el apuro del momento, porque su preparación fue larga y requirió que la línea aérea estatal incorpore cuatro aeronaves, cerca de 20 personas por vuelo, una serie de certificaciones internacionales, especificaciones técnicas, manuales, conocimientos y entrenamientos en todas sus áreas de labor para el traslado del material médico.

La inversión realizada no fue leve, si se considera que se destinó entre $us 40.000 y $us 50.000, en algunos casos, para contar con las acreditaciones necesarias y de la categoría requerida.

En sus registros más íntimos, la preparación del personal tuvo su propia hermenéutica, pero contó con una profunda motivación e incluso el voluntariado de hombres y mujeres de la línea aérea de los bolivianos, que se prestaron sin dudar para la realización de las operaciones.

Los trabajadores resaltan la importancia de sentirse parte del gran esfuerzo que se hizo para que la población cuente con los insumos necesarios en la pelea cara a cara contra el coronavirus.

Cabe destacar el rendimiento de los pilotos y demás miembros de cada tripulación, quienes pusieron a prueba el entrenamiento que recibieron para la tolerancia de una fatiga muy alta que suele provocar cambios de comportamiento, humor e inquietud, si se toma en cuenta que no se duerme lo suficiente, existen incomodidades y las variaciones de horarios en la alimentación.

La fórmula para lograr que todo vaya bien fue conformar cada tripulación con personas que, a través de su labor, consigan la armonía interna necesaria, con evaluaciones de su resistencia, forma de ser y comportamiento en operaciones, mediante la ayuda de especialistas de un laboratorio psicológico.

Lo no se sabía es que, junto con los pilotos, se tomó en cuenta a dos o tres miembros del personal de carga de maletas de los aeropuertos por sus habilidades, puesto que en cada viaje se tiene miles de cajas que movilizar y menos de tres horas para subirlas a los aviones.

Demás está decir que ellos no tenían en sus planes el salir del país o llegar a lugares como China, Rusia o India, pero lo hicieron con alta motivación en medio de lo que fue considerada una revolución interna y un correteo fuera de serie por conseguir los pasaportes necesarios y ser parte del equipo.

Algunos secretos

Acá comienzan a revelarse algunos secretos. El gerente general de BoA, Ronald Casso, comentó que la empresa nacional incorporó a sus aviones bases de datos de navegación diseñadas y autorizadas para volar por todo el globo terráqueo, como resultado de sus operaciones anticovid, a diferencia del pasado, cuando sólo las tenía para las rutas que cubre con sus vuelos comerciales.

“Ahora sí, ya tenemos base de datos de todo el mundo y podemos volar a cualquier lugar, también fruto de esta preparación”

Ronald Casso Gerente general de BoA,

Además, dijo que otro de los detalles interesantes de los preparativos de cada vuelo es que, en casos como China y Rusia, por ejemplo, se trabaja en la coordinación de noche y por la madrugada, porque allá “están de día”, tomando en cuenta el desfase de horario siempre que se prepara el recojo de los insumos médicos.

El idioma, recordó, suma otra singularidad al trabajo de BoA, porque en algunos casos su personal se ha interactuado con gente que sólo habla el idioma de su país, nada de inglés, por lo que hay que efectuar ruidos y básicamente señas para contar con la carga requerida en el menor tiempo posible.

El trabajo de los casi 20 pilotos, personal de respaldo y carga está lejos de ser considerado como sencillo o privilegiado por ir a lugares alejados, y tampoco da la posibilidad de realizar la mínima acción turística o tomarse fotografías en cada destino.

El porqué es anecdotario, puesto que viajan durante dos días por cada incursión y no pueden bajarse del avión a causa de que en cada país hay medidas restrictivas y disposiciones preventivas contra el COVID-19.

“Es un esfuerzo muy grande, pero también hay algo que probablemente alguien no haya percibido: Esta experiencia de un día para otro convertir tu noche en día y tu día en noche. De repente se ha tenido un día de 36 horas cuando fueron a Corea, porque al salir de allá volaron casi 24 horas y llegaron aquí el mismo día, seguía siendo el mismo día”, complementó Casso sobre ese tema.

El hecho de que el personal no pueda descender del avión hace que deba cubrir todas sus necesidades en el interior, desde alimentarse con comida de catering hasta descansar en espacios incómodos porque en las aeronaves no se tiene camas ni otras comodidades especiales.

Boa

¿Los beneficios?

Para quienes se preguntan si BoA tiene algún beneficio institucional por esta labor, la respuesta es que sí, y varios que no fueron revelados hasta ahora.

Al margen de generar recursos económicos en esta época de crisis, la línea área estatal consiguió con su labor un “altísimo índice” de rédito social que para sus ejecutivos es más importante, porque toda Bolivia reconoce el esfuerzo que realiza para la lucha contra el COVID-19.

En ese contexto, el Gerente General de BoA explicó que un mérito importante es el hecho de que Bolivia tiene aviones como una herramienta lista para recoger vacunas, en especial, tomando en cuenta que los avisos sobre su recojo surge de un día para otro.

“El que tiene capacidad de comprar y mandar a recoger las consigue. El país que no puede hacerlo, tiene muchos problemas, porque los aviones de la industria están programados y comprometidos por meses. Entonces, esa importancia estratégica del país de tener una aerolínea está manifestada en estos días; y en retorno, tenemos ese enorme reconocimiento de la población en cuanto a la apropiación de la aerolínea”, enfatizó.

El reconocimiento en el exterior es otro rédito para la empresa aeronáutica BOA porque cuenta con secretos dignos de divulgar a los cuatro vientos.

Por ejemplo, pocos saben que la línea aérea estatal se ha convertido en un referente internacional en el rubro y recibe llamadas de los ejecutivos de otras aerolíneas del mundo para conocer cómo se organiza en los operativos de recojo de vacunas o insumos, qué especificaciones emplea y los detalles técnicos sobre la forma de transporte con solo carga y hasta con pasajeros.

“Al menos tres aerolíneas nos han consultado varios aspectos. Hemos compartido manuales, desde un manual de la vacuna que es manual de la logística que nos pasa el proveedor, se comparte eso, se comparte los conocimientos y es interesante”, reveló Casso.

Por si fuera poco, la línea aérea de los bolivianos recibió los pedidos de cotizaciones de dos países, cuyos nombres aún deben mantenerse en reserva, para el transporte de inoculantes que les servirán para enfrentar el coronavirus.

En el rubro aeronáutico continúan los beneficios, puesto que el trabajo de BoA es difundido en publicaciones oficiales de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional y reportajes en varios idiomas de la prensa internacional especializada en el área aeronáutica.

Asimismo, BoA constató que miles de bolivianos que viven en diversas partes del mundo realizan el seguimiento de los vuelos para el recojo de cargas de vacunas por medio de diversas aplicaciones y sistemas informáticos, por su interés en el tema y para comentar sus opiniones en las redes sociales.

En lo individual, Casso expresó sentirse conmovido por el trabajo de la línea aérea estatal en el transporte de los inmunizantes, principalmente porque uno de sus familiares recibió la dosis que le permite ahora superar un difícil problema de salud causado por el coronavirus.

“Yo estoy conmovido porque estoy viviendo una situación familiar difícil, podía ser mucho más difícil si una de mis personas más queridas dentro de la familia no hubiese sido vacunada. Ha sido vacunada y gracias a eso estamos sobrellevando la situación de una manera mucho más leve. Y puede decir que la vacunación, en carne propia, es la vía para que podamos estar mejor”, aseveró.

De regreso a los beneficios institucionales, para el gerente de Operaciones de la empresa aeronáutica, Luis de Ugarte, las repercusiones por la envergadura de las operaciones terminaron con algunos comentarios referentes a que los aviones de BoA no eran capaces de realizar viajes tan largos.

“Se ha demostrado de que sí (…). Nos está permitiendo demostrar que sí se tiene esa capacidad operativa como empresa y que la gente está predispuesta para hacer todo lo que sea necesario para salir adelante”, relievó.

Según De Ugarte, las repercusiones se dan también entre pilotos del exterior, puesto que reconocen el esfuerzo que sus colegas bolivianos realizan en sus viajes de hasta tres días sin siquiera poder bajar de los aviones en sus destinos.

“Están impresionados por la forma en la que estamos haciendo (la labor) y también por la participación de la gente”, agregó.

El sacrificio familiar también es importante, porque es loable la acción si se considera que el personal destinado a cada operación aérea está casi una semana fuera de casa para enfocarse en los preparativos de cada viaje.

El personal de la línea aérea tiene su propia opinión y es positiva, en el entendido de que De Ugarte indicó que los trabajadores, desde los pilotos hasta las personas que cooperan con la carga, consideran que cada travesía es para ellos como “salir a troncalear”, es decir, hacer un vuelo normal en la ruta La Paz – Cochabamba – Santa Cruz cuando todo fluye sin contratiempos.  

Un nuevo desafío en frente

La participación de BoA en la lucha contra el COVID-19 no terminó todavía, por lo que se prepara para enfrentar un nuevo desafío que radicará en combinar sus vuelos comerciales hacia destinos en el exterior como Miami y España, que están en fase de reanudación y ampliación, con el recojo de vacunas, pruebas, medicamentos e insumos.

La ruta a tomar está clara para su gerente general, Ronald Casso, puesto que tendrá que hacer combinaciones para las operaciones de las cargas que se precise recoger en el combate al coronavirus en los próximos meses.

“Ahora, nos queda combinar las operaciones normales, en pasajeros, con requerimientos que eventualmente aparecen como es el caso de las vacunas. Necesitamos sincronizar esto que es otro compromiso”, complementó. 

Una de las combinaciones posibles, al final de la revelación de secretos, será el traslado de pasajeros hacia Madrid, España, para que el avión realice luego un vuelo chárter a Moscú, reciba carga, retorne a suelo español a recoger clientes y vuelva al país como parte de sus operaciones rutinarias.

El hecho final es que BoA continúa siendo el aliado estratégico en la lucha nacional anticovid y, por tanto, su prestigio como referente internacional por el éxito de sus operaciones se extenderá para el beneficio y la buena imagen del país.

Aeropuerto

GSG / Agencia Boliviana de Información

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