Las intensas lluvias en Bolivia han desencadenado una serie de tragedias, con 33 personas fallecidas según el gobierno.
El viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, reportó las víctimas en los departamentos de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, Potosí y Chuquisaca. Además, 171 viviendas fueron afectadas, y alarmantemente, 449 viviendas quedaron completamente destruidas.
Calvimontes expresó su preocupación, destacando el marcado aumento comparado con la gestión anterior, que registró solo cuatro fallecidos y 32 viviendas destruidas. La situación afecta a siete de los nueve departamentos del país, con cinco municipios declarados en desastre y dos en emergencia. Sin embargo, 63 municipios experimentan diversos grados de afectación.
En total, 6.247 familias resultaron afectadas, y 5.262 familias quedaron damnificadas. La última tragedia ocurrió cuando una mazamorra sepultó a una madre y sus dos hijos en Achocalla la noche del pasado viernes. La magnitud de la crisis plantea desafíos significativos para las autoridades y destaca la urgencia de medidas efectivas ante la creciente devastación.