Sabías que la «Dicotomía» puede afectar tu vida?

El pensamiento dicotómico, al contrario que el racional, interpreta la realidad de forma rígida y polarizada, genera malestar emocional y dificulta las relaciones sociales. Conoce sus causas y cómo puedes corregirlo.

Todos hemos oído decir que “la realidad depende de los ojos del que mira” y este dicho define un hecho importante, y es que nuestros pensamientos, la manera que tenemos de interpretar el mundo, nuestros actos y los de los demás, determinan cómo entendemos la vida. Tanto es así, que nuestra forma de pensar influye sobre nuestras emociones y estas, a su vez, en nuestros comportamientos. Al mismo tiempo, nuestra conducta y sus consecuencias reforzarán nuestra manera de pensar. Es por ello que desde la psicología cognitiva hablamos de una interrelación entre lo que pensamos, sentimos y hacemos.

Nuestra forma de pensar puede ser constructiva y ayudarnos a afrontar de forma efectiva la realidad y los problemas, pero también puede ser destructiva, caracterizada por una forma de pensar sesgada (distorsionada) que hace que seleccionemos solo una parte de la realidad (casi siempre amenazante) sacando conclusiones sesgadas del mundo que nos rodea. Este es el caso de las personas que tienen un pensamiento dicotómico, también denominado como pensamiento categórico o polarizado.

Características de las personas con pensamiento dicotómico

El pensamiento dicotómico se caracteriza por una forma distorsionada de ver la realidad en dos polos. Es decir, para las personas que tienen un pensamiento polarizado la vida transcurre en blanco o negro, y la gente, el mundo, y ellos mismos, son buenos o malos, las cosas están bien o están mal…, porque su pensamiento o autodiálogo interno es rígido y no les permite pensar en términos de porcentajes, lo que les impide darse cuenta de que la vida es una gama de colores, y no solo blanco y negro.

Esta manera de pensar suele reflejarse también en su forma de comportarse e interaccionar con su mundo, y es irreversible (las cosas tienen que ser así), global (es así en todo momento y circunstancias), absolutista e invariable (no cambian de opinión). Así, por ejemplo, son personas que pasan de la idealización al odio, o de estar encantados y entusiasmados con un proyecto, a no querer llevarlo a cabo y detestarlo por completo. Es por ello que este estilo de pensamiento se asocia a individuos con importantes problemas interpersonales y con un amplio espectro de emocionalidad negativa.

Algunas de las características que definen a las personas con pensamiento dicotómico son:

  • Son muy rígidas en sus opiniones y no aceptan otros puntos de vista.
  • Suelen ser muy controladores.
  • Falta de empatía y asertividad: las cosas son necesariamente como ellos las ven,  y no suelen utilizar expresiones del tipo “según mi punto de vista”, “creo”, “en mi opinión”, etcétera.
  • Estilo de comunicación agresivo de forma predominante. Puede ser una agresivo manifiesto, o bien de aquellos que te retiran la palabra (agresivo pasivo).
  • Malestar ante la ambigüedad o incertidumbre.
  • Son perfeccionistas.
  • En algunas ocasiones presentan rasgos narcisistas.
Causas y consecuencias del pensamiento dicotómico

A lo largo de nuestra vida vamos desarrollando en mayor o menor medida sesgos o distorsiones cognitivas que hacen que veamos la realidad de forma parcial, atendiendo a unos elementos y olvidando otros. La mayoría de las personas aplicamos estos sesgos en unas ocasiones, y no otras, sin que se vea comprometida nuestra visión de la realidad, ni nuestro diálogo interno.

Sin embargo, algunas personas mantienen de forma persistente uno o varios sesgos cognitivos. Los individuos con pensamiento dicotómico aplican de manera constante en todas las ocasiones de su vida un sesgo denominado “Categorización” y aprenden a desarrollar un estilo de pensamiento tremendamente rígido a través del cual su realidad solo encaja en dos categorías: lo bueno y lo malo; el todo o la nada; lo que gusta o no gusta.

Son personas que no han adquirido la habilidad de “flexibilizar” su pensamiento, siendo esta habilidad la base de un pensamiento racional. Por lo tanto, su forma de pensar de manera dicotómica y polarizada les conduce a pensar de manera irracional, aspecto que puede conducirles a experimentar reacciones emocionales desacordes con la situación que están viviendo, lo que les hace adoptar estrategias de afrontamiento inadecuadas.

Como señalábamos al comienzo de este apartado, estos estilos de pensamientos se van desarrollando a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, existen trastornos psiquiátricos asociados con los mismos, y en concreto los pacientes con trastornos de personalidad suelen experimentar este tipo de pensamiento. De todos ellos, el trastorno límite de personalidad es el que tiene más asociación con esta forma de pensar rígida, seguido del trastorno bipolar.

Qué consecuencias tiene pensar en ‘blanco’ y ‘negro’

Las principales consecuencias del pensamiento dicotómico se agrupan en consecuencias emocionales y consecuencias interpersonales. A nivel emocional, el pensamiento dicotómico cursa con importantes niveles de frustración e irritabilidad. Debido a que la realidad no es dicotómica, la persona con este tipo de pensamiento tiene una sensación constante de enfado e incomprensión porque tiene la sensación de que la gente no la entiende.

Por otro lado, a nivel interpersonal las relaciones sociales con este tipo de personas son complicadas. Su rigidez mental no les permite ver otros puntos de vista, lo que les conduce a tener discusiones de manera frecuente con los demás. Las personas con las que conviven suelen decir que la relación con ellos es bastante complicada.

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