Según el portavoz presidencial Jorge Richter, el expresidente Evo Morales está empeñado en debilitar la gestión gubernamental y la estabilidad del país con el objetivo de construir una posibilidad electoral, a pesar de la negativa del Tribunal Constitucional respecto a la reelección indefinida.
Richter destaca la obsesión de Morales por el poder político y su intento de manipular a ciertos dirigentes para atacar al Gobierno de Luis Arce.
El fallo del Tribunal Constitucional, que estableció que la reelección indefinida no es un derecho humano, ha afectado los intereses electorales de Morales, quien busca revertir esta situación.
La no adaptación de Morales a la realidad política actual, combinada con su falta de flexibilidad, lo sitúa negativamente en estudios de opinión pública, revelando una percepción negativa cercana al 80%. Richter enfatiza que la estrategia de Morales implica una fijación en su propia agenda política que no se alinea con las expectativas de la sociedad boliviana.