Las bombas atómicas contra Hiroshima y Nagasaki, y los accidentes nucleares de Chernóbil y Fukushima fueron funestos. Pero los expertos dicen que es difícil predecir las consecuencias de una guerra nuclear hoy en día.
Cuando pensamos en la guerra de Ucrania y en la amenaza nuclear que supone, solemos pensar en dos escenarios: un accidente en una central nuclear ucraniana y la lluvia radioactiva de armas nucleares.
La lluvia radiactiva depende del tipo de arma
La lluvia radiactiva es difícil de predecir, porque depende en gran medida de cómo y dónde se utilice el arma.
«Las armas que detonan a gran altura producen efectos diferentes a los de las armas que detonan en el suelo o en la tierra», dice Dylan Spaulding, científico principal del Programa de Seguridad Global de la Unión de Científicos Preocupados, con sede en Estados Unidos.
Según Spaulding, las distintas armas pueden ser detonadas por diferentes razones estratégicas. La detonación de un arma en el aire es capaz de matar a muchas personas a la vez, con menos impacto a largo plazo sobre la radiación en la población y el medio ambiente circundantes.
La detonación de un arma cerca de la superficie podría matar a muchas personas a la vez y, al mismo tiempo, contaminar el medio ambiente y el suministro de alimentos durante años.
Los bombardeos estadounidenses de Nagasakie Hiroshimaal final de la Segunda Guerra Mundial y el accidente de Chernóbilde 1986 en Ucrania son un ejemplo de ello. Los ataques mataron entre 60-80.000 personas en Nagasaki y entre 70-135.000 en Hiroshima en los meses siguientes.
Cuando las armas atómicas cayeron sobre la ciudad de Hiroshima en 1945, algunas personas trataron de evitar el calor saltando a los ríos, donde muchos se ahogaron.
Un suministro de alimentos dañado podría matar a miles de millones
Hay intentos de simular cómo sería la lluvia radiactiva tras un bombardeo contemporáneo. Alex Wellerstein, historiador de la ciencia y armas nucleares del Instituto Tecnológico Stevens de Nueva Jersey, creó un sitio web llamado NUKEMAP para hacer precisamente eso. Compara la lluvia radioactiva de las bombas detonadas en el cielo con las detonadas en tierra.
Además, un estudio publicado en la revista Nature en agosto de 2022 ofrecía algunas proyecciones sobre lo que ocurriría con el medio ambiente, la población y el suministro mundial de alimentos si Rusia y Estados Unidos libraran una guerra nuclear de una semana de duración utilizando armas nucleares estratégicas.
Los autores del estudio calcularon que habría 360 millones de víctimas mortales inmediatas por el uso de las armas, y más de 5.000 millones de personas se quedarían sin alimentos durante dos años después de una guerra nuclear de este tipo, es decir, alrededor del 60 por ciento de la población mundial. La interrupción del suministro de alimentos estaría causada por las enormes cantidades de hollín emitidas por los incendios provocados por las explosiones.
También intentaron modelar cómo sería la destrucción en otros escenarios. Por ejemplo, una guerra nuclear de una semana de duración en 2025 entre India y Pakistán. Los vecinos del sur de Asia poseen muchas menos armas nucleares que EE.UU. y Rusia, pero, aun así, los investigadores predijeron unos 164 millones de víctimas mortales y más de 2.500 millones de personas sin alimentos durante dos años tras una guerra de este tipo.
Tras el inicio, probable escalada
Alan Robock, profesor de ciencias medioambientales de la Universidad de Rutgers (EE.UU.), fue uno de los autores del estudio de Nature. En una investigación anterior, Robock calculó que los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki habían emitido unos 0,5 teragramos de humo. En el estudio más reciente, él y otros estimaron que un escenario Estados Unidos-Rusia crearía unos 150 teragramos de humo y el escenario India-Pakistán produciría entre 16 y 47 teragramos de humo.
«Cualquier uso de las armas nucleares puede escalar a una guerra nuclear completa entre la OTAN y Rusia, y produciría un invierno nuclear», dijo Robock a DW. «Casi todos los simulacros de guerra que se llevan a cabo con oficiales militares tienen este resultado una vez que se utilizan las armas nucleares. No hay muchas posibilidades de detener una guerra nuclear una vez iniciada. El pánico, el miedo, la mala comunicación y la mala información harían que los comandantes utilizaran las armas que tienen».
(gg/ms)