Varios estudios alrededor de esa (no tan) ‘rara avis’ que es la amistad entre sexos han querido averiguar qué características nos llaman la atención de los otros
Muchas películas, series de televisión y libros actuales tratan la difícil cuestión de la amistad entre hombres y mujeres. Algunos escépticos creen que tal cosa es tan difícil como encontrar un unicornio, pero para el o la que tenga amigos de ambos sexos, probablemente eso es una tontería.
Por supuesto, la amistad es complicada, independientemente de tus preferencias sexuales, género o ideas. En muchos sentidos, los amigos son más cercanos que las parejas, y a veces compartimos con ella intimidades que no nos atreveríamos a decir a nuestros cónyuges. Pero, ¿de dónde viene la compatibilidad?
Según la investigación al respecto sobre la amistad, realizada por Tobias Altmann, la amistad está asociada con la resiliencia, el bienestar, la satisfacción con la vida y tal vez incluso una mayor longevidad. La amistad se presenta en varios tipos diferentes, según la cercanía de las personas, la función de la relación y las características compartidas, como la edad, los intereses u otros rasgos, informa ‘Psychology Today‘.
La amistad está asociada con la resiliencia, el bienestar, la satisfacción con la vida y tal vez incluso una mayor longevidad
Según parece, la mayoría de las personas prefieren tener amigos del mismo sexo, pero la mayoría de las personas también tienen un subgrupo significativo de amigos de sexo opuesto. Las mujeres tienen principalmente amigas, y algunos amigos varones (hasta el 30%), y de manera similar sucede para los hombres. Las amistades entre géneros son un fenómeno que los psicólogos llaman «heterosocialidad», un área de investigación poco explorada.
La heterosocialidad
Es importante saber qué factores impulsan la amistad en general para considerar la amistad entre sexos. Investigaciones anteriores han demostrado que los llamados ‘Cinco Grandes rasgos’ de personalidad no sirven para señalar por qué unas personas se hacen amigas de otras. Sin embargo, las creencias fundamentales y los valores sí lo predicen.
Los hombres que valoran la tradición tienen más amigos de su mismo sexo. Pasa lo mismo con las mujeres
Para investigar cómo interactúan los valores, Atmann ‘reclutó’ a más de 1.300 participantes (el 68% mujeres) para participar en una investigación. Para medir la heterosocialidad, tuvieron que hacer una lista de todos sus amigos. Los investigadores contaron el número de mujeres y hombres para obtener una puntuación para el análisis.
Los valores personales se midieron con el Cuestionario llamado ‘Valor de Retratos’, que define diez valores personales agrupados en cuatro grupos. Estos son: Conservación, Automejora, Autotrascendencia y Apertura al cambio. Los diez valores específicos son la autodirección (incluida la libertad de pensamiento o acción), la estimulación (necesidad de emociones, novedad, cambio), el hedonismo, el logro, el poder, la seguridad, la tradición, la benevolencia y el universalismo (buscando el bienestar para todas las personas y el medio ambiente). El análisis trataba de hallar relaciones significativas entre el grado de heterosocialidad, el sexo y los grupos de valores personales.
En cuanto a las mujeres parece que la búsqueda de novedades también podría llevarlas a buscar más amigos de sexo contrario
Tanto los hombres como las mujeres que valoraban la tradición tenían una heterosocialidad más baja: tales hombres tenían más amigos de su mismo sexo, siendo igual con las mujeres. Independientemente de las preferencias personales (por ejemplo, una mujer que en realidad quiera tener más amigos hombres), tales valores parecen inclinar a esas personas a seguir las expectativas que se tiene de ellas. Romper ese molde al tener amigos de otro sexo podría ser sería demasiado incómodo emocional, psicológica y socialmente hablando.
En cuanto a las mujeres parece que la búsqueda de novedades también podría llevarlas a buscar más amigos de sexo contrario. Otro valor, como la necesidad de estimulación, no se asoció con la heterosocialidad para mujeres u hombres. Y algo importante, para luchar contra los estereotipos: si bien la tensión sexual es común, aunque quizás no universal, en las amistades entre sexos, la estimulación no se asoció con la heterosocialidad en este estudio.
En definitiva, la amistad en general es buena para la supervivencia, tanto en términos de mejorar la salud como de unir a la comunidad. La investigación futura continuará explorando la amistad entre mujeres y hombres para ver qué factores son relevantes.