La Organización de Estados Americanos (OEA), con la presencia del secretario general Luis Almagro, abordó la crisis institucional de Haití. El país enfrenta una anomia política profunda, impunidad de poderosas bandas delictivas y una grave situación económica con altos niveles de pobreza y desempleo.
Desgaste de la policía y violencia
Jenca Miroslav, subsecretario adjunto de Asuntos Políticos para Europa, Asia Central y América Latina de la ONU, describió la alarmante situación: “La policía nacional sufre niveles críticos de desgaste. En marzo, bandas armadas lanzaron ataques coordinados contra instituciones estatales, hospitales, bancos e infraestructura crítica. Utilizan la violencia sexual como arma para infundir miedo, con miles de casos denunciados el año pasado, aunque la cifra real es probablemente mayor”.
Impacto humanitario
La crisis en Haití también tiene un profundo impacto humanitario. “Brasil está junto a Haití. Es necesario combatir la pobreza, el desempleo y la inseguridad alimentaria”, declaró Benoni Belli, representante de Brasil. La embajadora argentina, Sonia Cavallo, enfatizó: “El impacto humanitario de la violencia armada se profundiza día a día con continuas violaciones a los derechos humanos, especialmente de mujeres, niños y migrantes”.
Críticas a la comunidad internacional
Washington Abdala, embajador de Uruguay, criticó la falta de soluciones concretas por parte de la comunidad internacional: “¿Cuántas veces hemos abordado el tema de Haití? Esto es un fracaso de todos nosotros”. La OEA tratará la situación de Haití en su Asamblea General en Asunción, pero la solución requiere el compromiso de potencias globales con fondos y seguridad.