El presidente de Argentina, Javier Milei, detalla un controvertido plan para reformar el sistema penitenciario, basado en vender prisiones a empresas inmobiliarias a cambio de financiamiento para construir nuevas cárceles.
Propone construir instalaciones de 5.000 a 6.000 plazas, alejadas de las áreas urbanas, para mejorar la seguridad y calidad de las prisiones. Destaca la necesidad de adaptar las políticas penitenciarias al crecimiento demográfico. Milei también menciona un proyecto de ley que permitiría la intervención de las Fuerzas Armadas en casos de terrorismo, como respuesta a la ola de violencia en ciertas áreas, como Rosario.
Argumenta que la participación militar debe complementarse con reformas en el sistema carcelario. Esta propuesta genera debate debido al pasado de las Fuerzas Armadas durante la dictadura militar.
Milei sugiere que la sociedad está aceptando la idea de que los criminales deben ser responsables por sus acciones. La implementación del plan y la posible intervención de las Fuerzas Armadas son temas que requieren más discusión y consideración legislativa.