Los experimentos más raros, divertidos y polémicos de la historia

La ciencia a veces puede ir demasiado lejos en su intento de mejorar la vida de los seres humanos

La ciencia a veces puede ir demasiado lejos en su intento de mejorar la vida de los seres humanos. Si no, que se lo digan a todos aquellos que tuvieran que sufrir los problemas de la terapia de choque o los efectos de la radioactividad, por poner algunos ejemplos. Aunque no hay que pensar siempre de forma negativa, también han salido miles de inventos gracias a ellos. 

Aquí van algunos de los más curiosos, divertidos o incluso terroríficos que se han sucedido a lo largo de los años.

La prueba de la nube (test de Marshmallow)

La también llamada prueba del malvavisco de Stanford es un test que evalúa nuestro autocontrol y cómo nos comportamos al recibir una recompensa. Fue realizada en los años 60 y se trató de un experimento de gratificación retrasada, en el que se le ofreció a un niño a elegir entre una recompensa inmediata o dos recompensas pequeñas (en total, una recompensa más grande), si esperaban un periodo de 15 minutos.

La recompensa era a veces una nube, pero a menudo una galleta o un pretzel. En estudios posteriores los investigadores descubrieron que los niños que eran capaces de esperar más por el premio tenían en promedio mejores resultados en su vida en diversos aspectos, desde el índice de masa corporal (IMC) al trabajo. Como curiosidades: se descubrió que la edad era un factor determinante (cuanto más pequeños, menos capacidad de demorarse) y que había un cierto sesgo por sexo, aunque no muy determinante, siendo las niñas las que podían esperar un poco más. La moraleja es sencilla: venía a señalar el valor del esfuerzo.

La leyenda del experimento ruso del sueño

No se trata más que de una leyenda, pero durante mucho tiempo se creyó que era realidad. Supuestamente, el experimento ruso del sueño consistió, durante la Guerra Fría, en que un grupo de investigadores mantuvieran a cinco prisioneros políticos, que habían sido condenados por delito de traición, a mantenerse despiertos durante 15 días. Encerrados en una pequeña habitación, los investigadores podían monitorizar su actividad en todo momento. Supuestamente, al cabo de unos días comenzaron a experimentar paranoia, alucinaciones o a arrancarse la piel a tiras. 

El récord registrado de la persona que ha permanecido más tiempo despierta sin usar drogas estimulantes se lo llevó Randy Gardner en 1965 cuando tenía 17 años, tras pasar unos 11 días 

En realidad, nunca se ha hecho una prueba así, pero hay gente que todavía cree la leyenda. El récord registrado de la persona que ha permanecido más tiempo despierta sin usar drogas estimulantes se lo llevó Randy Gardner en 1965 cuando tenía 17 años, tras pasar unos 11 días (264 horas) sin pegar ojo. No estaba enfermo ni le sucedía nada fuera de lo común, simplemente lo hizo para superar la marca que en ese momento ostentaba un DJ de Honolulu.

Cultivarse un parásito en el pie, ¿por qué no?

La pulga de arena o Tunga Penetrans es un insecto que causa muchos problemas en África, India o algunas zonas de Sudamérica, pues penetra en la piel de los mamíferos de sangre caliente (sí, también los humanos), anida, deposita excrementos, se reproduce, pone huevos y finalmente muere. Sus mecanismos de reproducción no se conocían hasta que la valiente investifadora alemana Marlene Thielecke fue atacada por uno en Madagascar.

Foto: (iStock)

Decidió entonces dejar que el parásito permaneciera en su pie durante seis semanas y así descubrió que las pulgas macho fertilizan a las hembra cuando estas se han «instalado» en su víctima. Una manera como cualquier otra de contribuir a la ciencia.

Leo Stanley experimenta con testículos

A principios del siglo XX, el doctor Stanley dijo que los delincuentes tenían menos testosterona que otros hombres y esa es la razón por la que cometían asesinatos. Decidió, por tanto, reemplazar los testículos de algunos asesinos que estaban presos por otros de encarcelados que ya habían muerto. Una auténtica película de terror.

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