La reina consorte Camila no llevará el diamante Koh-i-Noor en la coronación del rey Carlos III de Gran Bretaña. ¿Significa que el Reino Unido por fin renunciará a sus derechos sobre el famoso diamante?
El sábado 6 de mayo de 2023, Carlos III y su esposa, Camila, serán coronados rey y reina del Reino Unido de Gran Bretaña. Y por primera vez la reina consorte prescindirá de llevar el controvertido diamante Koh-i-Noor en su corona. Esto, con el fin de no agravar más » las susceptibilidades políticas «, declaró una fuente de la casa real a medios británicos. El diamante ha sido una tradición en la realeza británica y fue llevado por la reina Victoria, las reinas consortes María y Alejandra, y finalmente la reina Isabel II, en 1953.
Pero ¿por qué Camilla, la reina consorte, no quiere usarlo?
La historia del Koh-i-Noor
El diamante de 105 quilates -que, antes de llegar a manos británicas tenía 190 quilates- tiene una larga historia de conquista imperial. El Koh-i-Noor era una joya de forma extraña: «Parecía una gran colina, o quizás un enorme iceberg que se elevaba abruptamente hasta un pico alto y abovedado», escriben William Dalrymple y Anita Anand en su libro «Koh-i-Noor: la historia del diamante más infame del mundo» (2017).
Los historiadores no están seguros de su procedencia, pero creen que fue la gema fue extraída de las arenas aluviales del reino de Golconda, sur de la India. Pasó por manos de maleantes turcos, dinastías islámicas de la India y del Imperio mogol, hasta terminar en manos del guerrero persa Nader Shah, que la bautizó Koh-i-Noor (montaña de luz, en persa). Después, Shah cedió el diamante a su guardaespaldas afgano Ahmad Shah Abdali.
Durante cien años estuvo en poder de los afganos hasta que el marajá de Punyab, Ranjit Singh, se la arrebató a un afgano que huía en 1813. Después de la muerte de Ranjit Singh en 1839, Punyab se sumió en el caos, lo que permitió a la Compañía de las Indias Orientales conquistar el reino. El hijo de 10 años de Ranjit Singh, Duleep Singh, fue puesto bajo custodia británica. El Koh-i-noor fue entregado por el tutor de Duleep Singh, Sir John Spencer Login, a Dalhousie, el gobernador general de la India, en 1855.
El diamante vivió su momento culminante cuando la reina Victoria lo exhibió en Inglaterra. “Era un símbolo del dominio imperial de Gran Bretaña victoriana sobre el mundo, y de su capacidad […] para tomar de todo el planeta los objetos más deseados y exhibirlos triunfalmente», escriben William Dalrymple y Anita Anand en su libro.
El diamante se colocó en el ataúd de la Reina Isabel en su funeral
Símbolo del colonialismo británico
Aún actualmente, el diamante es un símbolo del pasado colonial británico, una gran razón por la que muchos políticos, activistas y expertos en patrimonio cultural han exigido su devolución a la India.
«Cuando murió la reina Isabel, en una de las procesiones, vi la corona con el Koh-i-Noor», dice a DW Venktesh Shukla, activista indio que reside en San Francisco, EE. UU., y añade que le irritó tanto la exhibición que lanzó una petición en la plataforma Change.org para la devolución del diamante.
“Deberían avergonzarse de lo que hicieron, de cómo consiguieron el Koh-i-Noor. Sin embargo, están presumiendo con ese diamante”, afirma Shukla.
En 2016 el gobierno indio declaró que la gema fue un regalo a los británicos. Sin embargo, se sigue exigiendo su devolución. Arindam Bagchi, portavoz del Ministerio indio de Asuntos Exteriores, dijo que el gobierno “seguirá explorando vías y medios para obtener un resultado satisfactorio del asunto”.
Además de India, Pakistán, Afganistán e Irán también reclaman el diamante.
Sensibilidad y reparación de apropiacionese
Un miembro de la realeza afirmó anónimamente al periódico Daily Mail que la decisión del Palacio de Buckingham para devolver el diamante se basa entre “reflejar sus tradiciones” o “ser sensibles a los problemas del mundo actual”.
Pero el palacio sólo se limita a no usar el Koh-i-Noor. La reina consorte lucirá en reemplazo los diamantes Cullinan, piedras extraídas de Sudáfrica, otro símbolo del imperialismo británico.
Anuraag Saxena, fundador del Proyecto Orgullo Indio, argumenta que “devolver nuestros artefactos podría ser un simple acto de reparación de los británicos por los pecados de su cruel pasado colonial», y añade que Estados Unidos, Alemania, Francia, Canadá y Australia han hecho devoluciones para tratar de reparar las apropiaciones de patrimonio cultural.
«¿No es hora», pregunta Saxena, de que «el Reino Unido se ponga al nivel del resto del mundo»?
(nd/cp)