Los jubilados bolivianos enfrentan rentas entre el 30% y el 50% de sus salarios anteriores, a pesar de décadas de aportes al sistema. Se requiere una carrera laboral de al menos 30 años para alcanzar el 70% de los ingresos al jubilarse, una meta que a menudo no se cumple.
Por ejemplo, un maestro que ganaba Bs 7.000 ahora recibe solo Bs 3.800. La Asociación de Defensa de los Fondos de Pensiones indica que algunos jubilados apenas reciben Bs 600 al mes. Ana María Pomar, presidenta de la asociación, subraya que muchos jubilados terminan con menos del 30% de sus ingresos, insuficiente para una jubilación digna.
El Ministerio de Economía y Finanzas Públicas atribuye estas bajas pensiones a la falta de aportes y otros factores familiares. Sin embargo, jubilados y expertos como David Villarreal discrepan, abogando por políticas y rendimientos de inversión más efectivos. Villarreal destaca la necesidad de mayor transparencia en la gestión de fondos de pensiones y asesoramiento financiero temprano. El gobierno ha propuesto proyectos de ley para mejorar los límites solidarios de las pensiones, pero persisten dudas sobre su eficacia. En resumen, la situación de los jubilados en Bolivia subraya la necesidad de reformas para garantizar un retiro digno para todos.