La exministra de Comunicación del régimen, Roxana Lizárraga, reveló el miércoles que Arturo Murillo embelesó a Jeanine Áñez haciéndose se ver como su “protector” para acceder a la titularidad del Ministerio de Gobierno y cometer los actos de corrupción que van saliendo a la luz. Aseguró que, mientras que con algunos tenía una actitud “déspota”, con la expresidenta de facto se mostraba muy atento.
“Con Jeanine (Añez) era una persona pues de a besos, todo de a besos y hablándole bonito, hablándole que ella corría peligro, que su vida estaba en peligro y que la iba a proteger, que él iba a proteger su vida y bueno, no sé qué historias más para que él pueda pues hacer los negociados que ahora estamos conociendo”, relató desde Estados Unidos, en una entrevista para Erbol Radio.
El trato galante que tuvo hacia Áñez concuerda con su personalidad. El exministro de Gobierno, hoy recluido en Estados Unidos por la compra con sobre precio de atentes antidisturbios, mostró con anterioridad que no le genera remordimiento el mentir o apelar a artimañas para conseguir sus propósitos.
Tiempo atrás, en una entrevista con María Galindo, dijo que tenía su libreta de servicio militar auxiliar. Ese documento le permitió postular a la Alcaldía de Cochabamba y a cargos en el Legislativo. Sin embargo, luego se supo que falsificó ese documento, por lo que la juez del Tribunal Quinto de Sentencia de La Paz, Nancy Bustillos, determinó dos años de cárcel para el exministro.
Lizárraga calificó a Murillo como “un personaje político muy limitado” y resaltó el rol “nefasto” que jugó como Ministro de Gobierno. “Yo no sé cómo algunas autoridades del gabinete de Jeanine Áñez pudieron lidiar con él, pudieron hacerle caso, pudieron acatar las órdenes que él daba y me refiero a la mayoría de los ministros”, sostuvo.
Indicó que Murillo también tuvo mucha “influencia para que no se dé mucha prioridad al tema de salud”.
Señaló que la cartera de Gobierno era muy “peleada” y entre los personajes que la disputaron estuvo Tomás Monasterio; pero Jeanine Áñez, y los “padrinos” que consiguió Murillo determinaron su designación como ministro.
“Cuando me refiero a padrinos, me refiero a personajes muy importantes de la política boliviana de oposición que estaban dentro y fuera del país”, acotó.
Consultada sobre quiénes eran esos “padrinos” de Murillo, señaló que en una oportunidad Áñez le comentó que recibió llamadas del líder de Unidad Nacional, Samuel Doria Medina.
También detalló que para que la expresidenta de facto decida lanzar su candidatura a la presidencia, fueron Arturo Murillo y Doria Medina quienes influyeron. Dijo que este último llevó un consultor con encuestas relacionadas a su perfil político para motivarla.
“Una persona que va a ser tu candidato a la vicepresidencia, no puede ser que hayas tenido relación con él una semana antes, tiene que ser una persona en la que confíes, con la que hayas estado tiempo, que te la recomienden, y Samuel Doria Medina tuvo que ver, además, con muchos temas para que se puedan dar todas estas condiciones”, sostuvo.
EMV / Agencia Boliviana de Información