En una jornada marcada por las tensiones políticas, el expresidente Evo Morales primero anunció que abandonaba la marcha hacia La Paz, solo para retomar la medida horas después, tras una instrucción de los dirigentes del Pacto de Unidad.
Esta decisión se produjo en medio de fuertes acusaciones desde el Gobierno, que lo tildó de estar propiciando un «golpe de Estado» contra el presidente Luis Arce.
Acusaciones contra Evo Morales
El secretario ejecutivo de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, Ponciano Santos, confirmó que Morales seguiría en la marcha. «Nuestro comandante Evo Morales va a continuar en esta marcha hasta llegar a la sede de Gobierno», anunció. Sin embargo, desde el Gobierno, el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, calificó a Morales como “golpista confeso”.
La reacción del Gobierno
El vicepresidente David Choquehuanca advirtió a Morales sobre las consecuencias legales de sus acciones, mientras que otros funcionarios, como el ministro de Justicia, Iván Lima, también atacaron al exmandatario. «¡Evo Morales, tu tiempo se ha acabado!», expresó Lima en un mensaje público.
Llamado al diálogo
El presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, negó estar involucrado en un plan para derrocar a Arce y pidió un «diálogo abierto» con el Gobierno para evitar mayores conflictos en el país.