La devastadora sequía causada por El Niño ha dejado a 70 millones de personas en el sur de África enfrentando una grave crisis alimentaria.
Según la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC), la escasez ha llevado a familias a consumir semillas de hierba y tubérculos venenosos para sobrevivir. Zambia y Zimbabue han declarado la crisis como un desastre nacional, mientras que Malaui, donde casi la mitad de la población necesita ayuda, enfrenta una situación desesperante.
Medidas desesperadas
En Malaui, la sequía ha obligado a los agricultores a recurrir a la tala de árboles para vender carbón vegetal, una medida desesperada que agrava el cambio climático. Masautso Mwale, un agricultor, cosechó solo dos bolsas de maíz en lugar de las 18 habituales y ahora vende carbón para alimentar a su familia. A pesar de que El Niño terminó en abril, el impacto de la mala cosecha continúa afectando a la región hasta la próxima temporada de lluvias en octubre.
Impacto climático
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) advierte que la frecuencia y severidad de estos eventos podrían aumentar con el calentamiento global. Una apelación internacional para recaudar fondos de asistencia humanitaria no ha logrado los resultados esperados, dejando a millones en una situación crítica.