En Santa Cruz de la Sierra, un feminicidio estremeció a la comunidad cuando Julio Daza, de 64 años, confesó en una llamada haber matado a su concubina de 58 años.
La madrugada del domingo, Daza, en estado de ebriedad, contactó a la hija menor de la víctima para confesar el crimen, pidiéndole que fuera a su casa.
El descubrimiento
Luis Fernando Muñoz, otro hijo de la víctima, recordó conmocionado: “El señor llamó a mi hermana a las cuatro de la mañana, diciendo que había matado a mi madre. No lo creía hasta que fui a su casa”. Allí, encontraron el cuerpo sin vida de la mujer con cortes en el rostro y glúteos, y signos de golpes severos en la cabeza. La pareja había convivido durante siete años, y según Luis, “Él está acostumbrado a tomar, es agresivo”.
El desenlace
A pesar de intentar ocultar el crimen, afirmando que su pareja se había cortado con vidrios, Daza finalmente confesó y fue sentenciado a 30 años de prisión sin derecho a indulto.