Cuba vive levantamientos en más de 60 municipios. El desenlace del estallido social es incierto. ¿Hay en Cuba una sociedad civil capaz de concertar con el Gobierno? Un cubano pide desde ya un Diálogo Nacional.
Aunque hablar de «transición a la democracia” en Cuba parezca hoy ilusorio, la sociedad civil cubana está mejor preparada de lo que se cree. Pero para alcanzar la etapa de la concertación, es necesario sentar las bases del diálogo.
Para empezar a solucionar los problemas que han llevado a esta crisis sin precedentes, «en Cuba urge meter el dedo en la llaga, sin excepciones”, advierte a DW Ofunshi Oba Koso, antropólogo de la Universidad de la Habana, porque «la crisis en Cuba se debe tanto a los errores del Gobierno como al embargo”. Ofunshi Oba Koso insta, primero, al presidente Miguel Díaz-Canel a «aprovechar esta oportunidad para rectificar, en vez de romper la comunicación entre las familias con los cortes de Internet”. Y, segundo, pide a quienes dicen importarles Cuba y los cubanos «derogar las 243 sanciones impuestas por Trump”. Este cubano en el exilio estadounidense pide, por lo menos, «la oportunidad de ayudar a sus familias con el envío de remesas y medicamentos”.
Ofunshi Oba Koso, antropólogo cubano: «El bloqueo de Cuba no es solo exterior, es también interno»
Una de las raíces del problema en Cuba, según el antropólogo, es que durante décadas el mismo Gobierno le ha arrebatado a la gente su derecho al trabajo, su poder de decisión, la oportunidad de que cada uno construya su propia vida. «La gente se gradúa y al final no tiene trabajo”, apunta Ofunshi, y recuerda que hasta el día de hoy «mientras Cuba tiene que importar para poder comer, Vietnam no sufre estos problemas, tenga el gobierno que tenga”. Por eso, asegura que «lo que afecta a Cuba no es solo el bloqueo externo, sino el interno”. Y explica que «mientras un extranjero puede invertir en Cuba, un ciudadano cubano no lo puede hacer sino a través de terceros”, vedando así a su propio pueblo la posibilidad de generar empresas y empleo.
«Cuba”, concluye Ofunshi, «es también una economía fallida”. Y el «histórico estallido social”, a su juicio, es el producto del descontento «cuando la gente ve que solo puede comer si tiene dólares. Además, muchos cuestionan: ¿En dónde están los éxitos del sistema de salud si Cuba fabrica una vacuna y no tiene jeringuillas para aplicarlas? ¿Por qué el gobierno construye hoteles, cuando los hospitales están derruidos?”.
«Un Diálogo Nacional entre todos los cubanos»
El rumbo que tomen las protestas y la reacción del régimen cubano son absolutamente impredecibles. Justo para evitar un mal desenlace, y ya este 14 de julio se reporta la primera persona muerta en las protestas, Ofunshi Oba Koso, mediador social y cultural, propone desde ya convocar a un Diálogo Nacional. «Un diálogo en el que todos estemos, quienes viven en la isla y quienes estamos en el exilio, incluidos los extremistas del sur de la Florida”.
Un Diálogo Nacional requeriría la existencia de una sociedad civil más o menos organizada que represente los intereses de la gente y exprese sus peticiones en Cuba. ¿La hay? «Las hay, y de dos tipos”, dice a DW Christina M. Fetterhoff, directora de Programas Jurídicos del Instituto Internacional sobre la Raza, la Igualdad y los Derechos Humanos, con sede en Washington, D.C., y explica que «en Cuba existen organizaciones que se autodenominan ‘sociedad civil’, pero que realmente son afines al Gobierno, como la Federación de Mujeres Cubanas, por ejemplo”. Ella trabaja con la «sociedad civil independiente”, agrega Fetterhoff, abogada de la American University de Washington D.C. Raza&Igualdad dice «fortalecer en América Latina a las organizaciones de base para que se conviertan en actores políticos y promuevan cambios estructurales”. La ONG aboga, especialmente, por la liberación de las mujeres presas políticas. Ver el video 03:31
«Patria y vida», el clamor en Cuba
Una sociedad civil independiente, fuerte y bien preparada
En Cuba, agrega la jurista estadounidense, «a pesar de que el gobierno cubano no lo reconoce, existe todo un movimiento civil que promueve el respeto por los derechos civiles y políticos, contra el racismo y por la igualdad de género, que busca cambios”. Un Diálogo Nacional para salir de la crisis, como el propuesto por el antropólogo cubano Ofunshi Oba Koso, «debería sentar a la mesa al gobierno con la sociedad civil independiente, así como al Consejo para la Transición Democrática de Cuba”. Dicho consejo, agrega la abogada Christina M. Fetterhoff «está compuesto por la Unión Patriótica de Cuba, una organización presente en toda la isla, el movimiento cultural San Isidro, del cual varios miembros son ahora presos políticos, y el Comité Ciudadano por la Integración Racial”. Fetterhoff incluye también a la Alianza Cubana Manos. Todos estos representantes de la sociedad civil independiente, agrega, «acogen la Declaración Universal de Derechos Humanos, a cuyo respeto el Estado cubano está realmente obligado”.
El Gobierno y la Constitución: ¿De espaldas al Pueblo?
La base de la sociedad civil en Cuba es «grande, fuerte y de largo aliento”, pero ¿qué tanto poder de convocatoria tiene, en caso de un Diálogo Nacional? «Su potencial es grande y cuenta con los instrumentos para hacerlo; sus representantes son altamente calificados y mantienen el diálogo con Naciones Unidas y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). El problema sería el gobierno de Díaz-Canel, que ha instado al pueblo a luchar contra su mismo pueblo”, responde la jurista de Raza&Igualdad”.
Los políticos pueden cambiar de parecer, pero ¿qué tantas garantías ofrece la última versión de la Constitución de Cuba para la creación de una plataforma de diálogo? La respuesta de la jurista es certera: «Ninguna, porque la versión inicial fue aguada”.
Por otra parte, el exiliado pacifista Ofunshi rechaza vehementemente los llamados a una intervención militar. «Lo que necesitamos es un corredor humanitario para ayudar a quienes lo necesitan en Cuba”, advierte, y envía un mensaje a quienes viven en sociedades totalitarias: «Si lo que dices te sale de tu corazón, bienvenido. Si solo dices lo que te dictan, nada. ¡Eso no funciona!”
(er)