Una operación conjunta de la Policía Nacional de España y los Mossos d’Esquadra de Cataluña desarticuló una red que explotaba sexualmente a mujeres provenientes de Sudamérica, rescatando a trece víctimas y deteniendo a ocho implicados.
Nueve de las mujeres liberadas eran originarias de Bolivia y Colombia. La investigación se inició tras la denuncia de una mujer que reveló ser víctima de explotación sexual en Torrelavega, España. Las víctimas eran reclutadas en sus países de origen bajo falsas ofertas de empleo como ‘webcammer’ de contenido sexual, sin contacto directo. Una vez en España, se les informaba que tenían una deuda de 6.500 euros y se las obligaba a prostituirse para pagarla.
La cabecilla controlaba sus actividades diarias y los encuentros sexuales a través de una página web de contactos. Las mujeres eran sometidas a condiciones de trabajo forzado y se les confiscaban sus pasaportes. La explotación se llevaba a cabo en pisos alquilados, algunos sin conocimiento de la situación de las mujeres.