El fortalecimiento del dólar preocupa a los bancos centrales, instándolos a defender sus monedas locales ante la posibilidad de afectaciones, especialmente en países altamente endeudados como Bolivia.
A pesar de esta alerta, el Banco Central de Bolivia (BCB) opta por no intervenir en el tipo de cambio. Expertos señalan que el modelo económico gubernamental ha dejado al mercado para satisfacer la demanda de dólares, mientras continúa el gasto público y se reducen las Reservas Internacionales del BCB. Sin embargo, ajustar el tipo de cambio no parece ser una solución viable en la coyuntura actual, dada la escasez de dólares en el mercado local.
Específicamente, se menciona que el Gobierno boliviano podría mantener su política de vender oro para enfrentar esta situación, en lugar de abordarla de manera más integral. Algunos economistas culpan al excesivo gasto del Gobierno por la falta de dólares, destacando la necesidad de ajustes en las políticas fiscales para hacer frente al contexto económico actual.