El asesinato de Flavio Verdum de Almeida Junior destapó una red criminal internacional. Tras el violento crimen fue detenido Marcio Rabello Mesquita Theodoro alias “Franguinho”, de nacionalidad brasileña, al igual que la víctima.
La fiscal asignada al caso, Francisca Rivero, informó que se aprehendió a Rabello Mezquita por el delito de asesinato. “Franguinho”, con un amplio historial delictivo en su país, era la persona que acompañaba a Flavio de Almeida el miércoles. Sin, embargo, no sufrió ninguna herida de bala.
“Él es participe del delito que se investiga. Inicialmente habíamos pensado de que se trataría de una víctima de estos sicarios, pero dentro de las contradicciones de la colección de indicios se ha podido establecer que el señor Marcio es partícipe del delito de asesinato”, explicó la fiscal .
En su poder se hallaron 20 mil dólares, relojes de marca y municiones. Rivero presume que cuatro personas más participaron en este crimen. Del lugar del hecho, se contabilizaron al menos 38 impactos de bala, 10 de ellos solamente en la cabeza del occiso y otros 8 por diferentes partes del cuerpo. El resto fue parar a la camioneta que conducía.
Con el correr de las investigaciones se conoció un informe de la Policía Federal de Brasil, que identifica a Marcio Rabello como integrante de una organización criminal que movía unas tres toneladas de cocaína al mes desde Bolivia, generando un monto aproximado de $us 60 millones. Además, está involucrado en el secuestro de una niña en 2013, que fue llevada desde Cuiabá, en el estado brasileño de Mato Grosso, hasta San Ignacio de Velasco, en el departamento de Santa Cruz.
Desde allí fue sacada en avioneta hasta Italia para ser entregada a sus padres biológicos que eran buscados en Brasil por estar relacionados al tráfico de drogas, según el relato del portal brasileño Folha Max.
En tanto, el fallecido Flavio Verdum tenía 14 procesos en su país en el estado de Mato Grosso, en el municipio de Pontes Lacerd, según el sitio Justicia Brasileira.
Ayer se conoció que su esposa llegó hasta la morgue de la Pampa de la Isla para reclamar el cuerpo y poder llevarlo a territorio brasileño para darle el último adiós.
La Razón