La bebé de 2 años que fue secuestrada cuando su familia disfrutaba de un campeonato barrial, en Pacajes, se encuentra ya con sus padres. Su madre, Rita, confesó: «Todas las noches estoy caminando (buscándola)».
La desesperación de los padres, tíos y hermanos de Rosi Ajata, la niña de 2 años que ha sido secuestrada en Pacajes, La Paz, llegó a su fin. La bebé, que fue dopada el viernes pasado con una gelatina que le dio una mujer, ya se reencontró con sus papás, en una escena conmovedora que tuvo lágrimas por parte de los tres.
De acuerdo con informaciones preliminares, la menor fue hallada caminando sola, debajo de un puente. Una pareja dio con ella. De inmediato, los progenitores de Rosi acudieron al encuentro, tras tres días de intriga y consternación.
¿Dónde se encuentra?, ¿está comiendo?, ¿la tratan bien?. Las preguntan que se hacían, sobre todo, los papás, eran tantas que ahondaban la confusión, dolor y dudas.
Un simple partido de fútbol que era esperado por todos como canal de distracción derivó en uno de las peores momentos para la familia. Todo comenzó el viernes 15 de este mes, cuando los Ajata se reunieron en la cancha del barrio, con la premisa de ser parte de un torneo relámpago.
Paulino, tío de la menor, relató que habría existido cierto descuido. Rosi fue apartada mediante engaños. Se presume que una mujer ha sido quien se llevó a la niña, luego de darle una gelatina con sustancias que la durmieron al instante.
«El viernes 15 de abril nos dirigimos a la provincia Pacajes. Nos encontramos realizando el campeonato relámpago. Cuando estábamos jugando en la cancha, mi cuñada se descuidó un momento de mi sobrina. Hay que ser claros en este caso. Mi sobrina salió a la calle a llorar. Estaba llorando y la señora, en ese momento, le compró gelatina. Yo creo que más arriba le invitó. Con eso se durmió. La doparon», explicó Paulino.
Con respecto a la posibilidad de que la mujer haya actuado en coordinación con otras personas, expresó: «Con una manta café le tapó. Yo creo que tenían todo planificado, porque esto es trata y tráfico de menores. El minibús llegó y subió. Mi hermano, el papá de la menor desaparecida, y mi hermano menor le siguieron en minibús», relató el tío, en entrevista con Bolivisión.
Paulino está seguro de que ese torneo fue el inicio del calvario. «Un campeonato de fútbol terminó en llanto y dolor para nosotros».
Explicó que peregrinaron para que abrieran el caso en la Policía. Fueron a Sica Sica y a Patacamaya. Después, la familia acudió a los medios de comunicación. Según su versión, ellos consideraron que la menor podía haber estado en Senkata y que la raptora quería llevar a la bebé fuera de las fronteras del país.
UNA MADRE CONSTERNADA
Antes de que Rosi apareciera, Rita, la mamá, aprovechó las cámaras de TV para hablarle, directamente, a la mujer que se habría llevado a la niña. Abrió su corazón, se dirigió a la presunta raptora y le dijo: «Por favor, señora, te ruego de corazón, tráemela a mi hija. Me la puedes dejar en los canales o donde el módulo policial. Mi corazón me dice que estás viendo, estás en El Alto. Te ruego. Estoy muy desesperada. Todas las noches estoy caminando. El viernes en la noche, todo caminando, he amanecido. Al día siguiente, también».
Rita narró que ni bien se percató, ese viernes, que su hija había desaparecido, salió a buscarla por los alrededores. «Me busqué. Nada no había. Arriba, a la cancha, he ido. Debe ser raptora. Con gelatina me la ha hecho dormir. Rápido se durmió. Cuando terminó la gelatina, ya estaba dormida. En aguayo ha envuelto».
AYUDA A LAS AUTORIDADES
La familia le pidió al ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, al comandante general de la Policía, Jhonny Aguilera, y al ministro de Justicia, Iván Lima, que los ayudara. Paulino exigió que la búsqueda fuera intensa. «Le pido al Comandante General, si me está viendo: que envíe su personal con el grupo de Inteligencia para poder capturar a esta raptora de mi sobrina. No sé dónde está, cómo está. No necesito por turnos, sino constantemente (la búsqueda)».
CABELLO RAPADO
A Rosi le dicen «Ustaquita», de modo cariñoso. La pequeña se extravió con el cabello rapado. Además, cuenta con un lunar cerca de la barriga. «Su diente completito está. Blanquito. Tiene lunar como mapita, marcadito, en la costilla. Eso, nomás», indicó su mamá.
El minibús que habría trasladado a la mujer y a la niña era de color blanco.
Rosi vestía una malla rosada, un pantalón azul con flores y zapatos rosados. Es de piel morena y mide aproximadamente un metro de estatura.
En las siguientes horas, la Policía revelará detalles certeros sobre el caso de Rosi.
Fuente: OPINIÓN