Un estudio en Cochabamba encontró residuos de plaguicidas en tomate, apio, lechuga y otros alimentos. Estos plaguicidas, altamente peligrosos, representan un riesgo para la salud y generan preocupación entre los consumidores.
Impacto en la Salud
Agricultores utilizan plaguicidas para controlar plagas y mejorar el tamaño de los productos. Sin embargo, muchos no comprenden los riesgos crónicos, ya que «los efectos en la salud no son inmediatos». Los plaguicidas pueden penetrar en la pulpa de los alimentos, no solo quedarse en la piel, lo que aumenta el riesgo de consumo de químicos tóxicos.
Responsabilidad del Consumidor
Es crucial que los consumidores reflexionen sobre la calidad de los productos que adquieren. La Fundación Agrecol Andes promueve la producción ecológica y el cuidado del medio ambiente, alentando tanto a productores como a consumidores a evitar el uso de plaguicidas dañinos.
Investigación de Agrecol Andes
La investigación, realizada en el Cono Sur de Cochabamba, reveló residuos de plaguicidas en alimentos como el tomate y el apio. «Los cultivos que más nos han preocupado son el tomate, la lechuga y principalmente el apio», señaló Tito Villarroel de Agrecol Andes. En dos fases, invierno 2024 y verano 2023, se detectaron hasta 14 residuos de plaguicidas peligrosos, algunos prohibidos por normas internacionales.
Llamado a la Acción
Agrecol Andes busca mejorar la calidad de los alimentos y la implementación de normas más estrictas para el control de plaguicidas. «Hay que ir reflexionando entre instituciones, consumidores y decisores de políticas para construir sistemas alimentarios más saludables», concluyó Villarroel.