El criminal que hoy tiene 67 años y ya pidió 12 veces la libertad condicional pero siempre se la negaron, dijo que no tiene “excusa” y aseguró: “Lo maté por gloria personal”.
En el anochecer del 8 de diciembre de 1980, en la puerta del edificio Dakota de Nueva York, ocurrió un hecho que dejó perplejo al mundo entero: John Lennon cayó herido de muerte por cuatro de los cinco balazos que un joven admirador de su música llamado Mark Chapman le disparó sin que hubiese alguna razón en especial. “No tengo excusa, lo maté por gloria personal”, fue la escalofriante confesión del asesino.
A 42 años de su muerte, Lennon sigue vivo en la memoria colectiva, en especial de los fanáticos de su música, aunque la sensación de incomprensión ante este crimen no deja de ser un planteo habitual. ¿Qué pasó por la cabeza del criminal?
A 42 años de la muerte de John Lennon: una prisión perpetua para su asesino
Mark Chapman, que fue condenado a cadena perpetua, desde el año 2000 que viene pidiendo su libertad condicional. Lo asiste el derecho de hacer esa solicitud y en la que argumenta el porqué de ese pedido. Lo puede hacer cada dos años y sistemáticamente la Junta de Libertad Condicional del Estado de Nueva York le rechaza la solicitud.
El último pedido fue en septiembre y fue la duodécima vez que Chapman solicitó la libertad condicional, sin embargo deberá seguir encerrado en la prisión de alta seguridad de Wende, donde cumple la condena y es reconocido como un preso que no causa problemas y de buena reputación interna.
Pero eso es insuficiente para que le concedan la libertad porque para las autoridades continúa siendo una persona de riesgo. Las razones que suelen enumerarse para esta argumentación pasan porque es “incompatible con el bienestar y la seguridad de la sociedad”. Esto abarca desde que Chapman pueda reincidir en un crimen o que su libertad genere una turbulencia social y una potencial venganza en su contra de otro fanático de Lennon.
Y también está el reclamo de Yoko Ono, la viuda del exBeatle, quien cada vez que llega el período en el que el asesino de su esposo pide la libertad condicional, ella solicita que no se la den, por el hipotético riesgo para su vida y la de su hijo Sean que puede implicar que Mark Chapman esté libre.
A 42 años de la muerte de John Lennon: la confesión de Mark Chapman
El asesino de Lennon reconoció haberlo matado por su propia gloria y hasta llegó a decir que merecía la pena de muerte por su crimen, al que calificó como un “acto despreciable en el que pienso casi todo el tiempo”. En cada escrito que Chapman hace a la Justicia buscando que le den la libertad condicional, este hombre que ahora tiene 67 años ratifica que lamenta lo que hizo y le pide perdón a Yoko Ono.
“Era extremadamente famoso. No lo maté por su personalidad o la clase de hombre que era. Era un hombre de familia, un ícono. Era alguien que hablaba de cosas de las que ahora podemos hablar y eso es excelente”, explicó Chapman, a quien los psiquiatras definen como una persona profundamente religiosa, “un cristiano devoto” que confesó respecto a su actitud criminal que fue “muy egoísta, quiero enfatizarlo”.
Chapman estaba obsesionado con John Lennon y con la posibilidad de matarlo. Tenía decidido hacerlo en octubre de 1980 pero declinó aunque un par de meses después retomó con firmeza su objetivo. Llegó el 6 de diciembre a Nueva York (desde Hawai) y tenía el libro Catcher in the Rye (Guardian en el centeno), de JD Salinger, con cuyo protagonista estaba identificado en la soledad y su aislamiento.
El 8 de diciembre a la tarde, cuando empezaba a anochecer en Nueva York, Chapman estaba en la puerta del Dakota y se acercó a Lennon cuando salía rumbo al estudio de grabación. Le pidió que le firmase la tapa del disco que el artista había sacado recientemente: Double Fantasy. John le estrechó la mano y luego autografió la portada, acto que fue registrado por el fotógrafo Paul Goresh, en la que sería la última foto de Lennon vivo.
Unos minutos antes de las 23, el exBeatle volvió a su casa junto a su esposa y cuando ya había pasado el portón de ingreso y recorrido unos pasos, Mark Chapman lo llamó: “Mr. Lennon”. John no llegó a darse vuelta del todo cuando su asesino disparó y se quedó en el lugar, leyendo el libro “Guardian en el centeno” hasta que llegó la policía y lo detuvo: no opuso resistencia.
Lennon agonizaba y los policías no esperaron a la ambulancia: cargaron al artista en el patrullero y lo llevaron al Hospital Roosevelt, donde pese a los intentos por reanimarlo, a las 23.15 del 8 de diciembre de 1980 John Lennon fue oficialmente declarado muerto.
Fuente: TN