El representante de la Oficina de Naciones Unidas Contra las Drogas y el Delito (UNODC) pasó por alto que el Gobierno contradiga su trabajo y presente por primera vez en 19 años cifras paralelas de plantaciones de coca. Pero no perdió la oportunidad de lanzar un dardo al Ejecutivo. Destacó el incremento de 103% en la incautación de sustancias químicas sólidas, y con eso advirtió el aumento en el consumo de drogas sintéticas como el éxtasis en Bolivia.
El trabajo de la ONU sobre las plantaciones de coca se presentó con casi tres meses de retraso. Fuentes diplomáticas confirmaron que la fricción entre el Gobierno y la UNODC causó incluso la dimisión de alguna funcionaria del organismo internacional. Al final no hubo acuerdo, la oficina dependiente de Naciones Unidas presentó unas cifras y el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, otras.
No hubo la cordialidad de siempre en el acto de la presentación del monitoreo, el martes pasado. De hecho, el embajador de la Unión Europea (UE, principal financiadora del monitoreo), Michael Dóczy, dijo que hay “malas noticias. Desde 2019 la superficie de cultivos de coca ha estado en aumento y eso no ha cambiado, esa tendencia continúa, lamentablemente, pero, a un ritmo netamente menor, sobre todo teniendo en cuenta el contexto regional y el contexto mundial”, afirmó el embajador de la Unión Europea (UE).
En su discurso, el jefe de la oficina de la UNODC en Bolivia, Troels Vester, presentó el décimo noveno informe anual de cultivos de coca en Bolivia, que se redacta desde 2003. “Lo más interesante, las cifras, la UNODC ha determinado que hemos subido en 4% la producción. En 2020 hubo 29.400 hectáreas y ahora estamos en 30.500 hectáreas”.
La ley general de la coca aprobada en el Gobierno de Evo Morales establece como tope máximo de coca legal las 22.000 hectáreas, 8.500 por debajo.
Entonces Vester hizo una pausa. “En este momento quiero decir que el ministro de Gobierno (Eduardo del Castillo) va a presentar unas cifras que están un poco diferente. Es importante decir que es la primera vez que ocurre”.
Trató de destacar el esfuerzo boliviano en la erradicación, pero no pudo disimular la desazón. Su discurso no duró más de cinco minutos. En otras gestiones, sus antecesores dieron muchos detalles sobre los datos.
En esta alocución muy puntual, Vester disparó un dato que ocupa pocos párrafos de la recóndita página 55 del informe, y que su desglose está absolutamente alejado de la temática de la coca.
En su discurso, el jefe de la UNODC en La Paz destacó que “es muy importante que el país, como los vecinos y las naciones de Europa, pongan atención a la amenaza de las drogas sintéticas”.
En su discurso, el jefe de la oficina de la UNODC en Bolivia, Troels Vester, presentó el décimo noveno informe anual de cultivos de coca en Bolivia, que se redacta desde 2003. “Lo más interesante, las cifras, la UNODC ha determinado que hemos subido en 4% la producción. En 2020 hubo 29.400 hectáreas y ahora estamos en 30.500 hectáreas”.
La ley general de la coca aprobada en el Gobierno de Evo Morales establece como tope máximo de coca legal las 22.000 hectáreas, 8.500 por debajo.
Entonces Vester hizo una pausa. “En este momento quiero decir que el ministro de Gobierno (Eduardo del Castillo) va a presentar unas cifras que están un poco diferente. Es importante decir que es la primera vez que ocurre”.
Trató de destacar el esfuerzo boliviano en la erradicación, pero no pudo disimular la desazón. Su discurso no duró más de cinco minutos. En otras gestiones, sus antecesores dieron muchos detalles sobre los datos.
En esta alocución muy puntual, Vester disparó un dato que ocupa pocos párrafos de la recóndita página 55 del informe, y que su desglose está absolutamente alejado de la temática de la coca.
En su discurso, el jefe de la UNODC en La Paz destacó que “es muy importante que el país, como los vecinos y las naciones de Europa, pongan atención a la amenaza de las drogas sintéticas”.
El control e interdicción de sustancias químicas controladas, señala el informe, es realizado por el Grupo de Investigación de Sustancias Químicas (GISUQ) y la Dirección General de Sustancias Controladas (DG-SC).
Luego detalla que en 2021, a escala nacional, el secuestro de sustancias controladas químicas sólidas aumentó en un 103%. Fueron secuestradas 520.320 kilos, mientras que el año anterior se produjo la incautación de 256.768 kilos.
En cuanto al secuestro de sustancias controladas químicas líquidas registró un decremento de 9%, en comparación con el 2020. El año pasado, en 2021, fueron 799.370 kilos, mientras que el año anterior se secuestraron 880.077 kilos.
El reporte explica en el pie de página que las sustancias químicas controladas son sustancias que pueden utilizarse en la producción, fabricación y/o preparación de estupefacientes, sustancias psicotrópicas o de sustancias con efectos semejantes, y que incorporan su estructura molecular al producto final, por lo que resultan fundamentales para dicho proceso.
Pero Vester fue más allá y mostró fotografías de una incautación realizada “en el aeropuerto de Viru Viru, en Santa Cruz, donde se secuestraron 17.000 pastillas de MDMA. Con un peso total de 6,2 kilos. Eso quiere decir que hay un mercado nacional, hay gente que consume drogas sintéticas en Bolivia”, sentenció.
El Instituto Nacional de Abuso de Drogas de Estados Unidos describe que la MDMA es una droga sintética que actúa como estimulante y alucinógeno. Produce un efecto energizante, distorsiona la percepción sensorial y temporal y hace que las experiencias sensoriales se disfruten más profundamente. También se la ha descrito como un entactógeno: una droga que puede aumentar la conciencia de uno mismo y la empatía.
La palabra “éxtasis” se usa a menudo para referirse a la MDMA en tabletas o cápsulas, que es la forma más común de consumir la droga.
Los investigadores han determinado que muchas tabletas de éxtasis contienen no solo MDMA en concentraciones variadas, sino también varias otras drogas o combinaciones que pueden ser perjudiciales. En tabletas de éxtasis compradas en la calle se han encontrado adulterantes que incluyen metanfetamina, el anestésico ketamina, cafeína, la droga dietética efedrina, el antitusivo (supresor de la tos) de venta libre dextrometorfano, heroína, fenciclidina (PCP) y cocaína.
Sin embargo, la MDMA también puede causar varios efectos secundarios agudos. Por ejemplo, si bien las sobredosis letales no son comunes, pueden potencialmente poner en riesgo la vida, con síntomas como presión arterial alta (hipertensión), desfallecimiento o mareos, ataques de pánico y, en casos graves, pérdida del conocimiento y convulsiones.
Luego, Vester mostró otra foto durante su discurso. “Este es el famoso fentanilo, encontrado en el mercado local de Cochabamba, en junio de este año. Es un opioide sintético con alta cantidad de muertos por sobredosis en el mundo. Y de verdad, para nosotros es un problema porque estamos observando su entrada en este país”. Puso como referencia 24 casos de sobredosis en la ciudad argentina de Buenos Aires hace algunos meses. “Hay que estar atentos”, recalcó.
El fentanilo es un fuerte opioide sintético similar a la morfina, pero entre 50 y 100 veces más potente. El Instituto Nacional de Abuso de Drogas de Estados Unidos también la describe como la droga más comúnmente asociada con las muertes por sobredosis en ese país. En 2017, el fentanilo fue parte del 59,8% de los decesos relacionados con opioides, comparado con el 14.3 % en 2010.
El caso de sobredosis, la respiración se puede hacer muy lenta o detenerse por completo. Esto puede reducir la cantidad de oxígeno que llega al cerebro, lo que se conoce como hipoxia. La hipoxia puede llevar a un estado de coma y causar daños permanentes en el cerebro; también puede causar la muerte.
El ministro de Gobierno no se refirió al tema. El vicecanciller Freddy Mamani admitió que “lamentablemente las drogas sintéticas han avanzado en países desarrollados y debemos ejercer una lucha integral”.
El Deber