Argentina recobró la memoria y se puso en carrera al doblegar a los «aztecas»

La Selección Argentina de Lionel Messi ganó su primera final en el Mundial de Qatar 2022. Es que, tras el fallido debut con caída frente a Arabia Saudita, quedó decretado que a partir de ese momento el equipo nacional ya no tendrá margen de error. Por eso necesitaba una victoria frente a México. Y el Tata Martino, DT de los aztecas, planteó un partido incómodo para evitarlo. Embarró la cancha, como quien dice. Presionó la salida argentina desde el arranque, tapando a De Paul y no dejó jugar a los volantes que no podían conectar con los de arriba: el capitán Messi, Lautaro Martínez y Di María. Tanto, que el seleccionado que dirige Lionel Scaloni se fue al vestuario sin haber generado situaciones claras. No hubo offsides ni goles anulados, como contra los árabes. Pero, si la batalla táctica en el primer tiempo fue de Martino, la del segundo la ganó Scaloni. Antes de que el DT metiera mano, a los 64 minutos, por primera vez los mexicanos le dieron un metro a Messi… y el 10 lo aprovechó. Recibió de su amigo Fideo Di María, acomodó la pelota y remató de afuera del área para meterla en el ángulo inferior izquierdo de Ochoa, que no pudo hacer nada. Después, el técnico argentino mandó a la cancha a Julián Álvarez por Lautaro y puso una línea de 5, con Cuti Romero más Otamendi y Lisandro Martínez a los costados, y dos laterales volantes: Molinas, por derecha, y Acuña por izquierda. Pero lo mejor vino a los 87 minutos, porque De Paul tocó corto para Messi en un córner, Leo abrió para Enzo Fernández (que había reemplazado a Guido Rodríguez) y el jugador de Benfica demostró por qué se sumó a este grupo en las puertas del Mundial. El ex River recibió en el vértice del área, tiró una bicicleta y, casi sin recorrido, abrió el pie, para sacar un remate con comba que se clavó en el ángulo y decretó el final del partido.

Fue un 2-0 que vale mucho, porque Argentina trabajó el partido sin desesperarse y ahora llega con vida (y buena salud) al encuentro con Polonia, donde deberá ganar si quiere clasificar. Un empate, lo hace sufrir con la calculadora en la mano. Y una derrota lo deja sin Mundial. Por eso, el equipo de Scaloni, Messi y Di María juega cada partido de la Copa del Mundo a matar o morir. Y así será hasta el final.

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