Llegó a Bolivia para hacer trámites. El 22 de marzo, la reportaron desaparecida y ayer la hallaron en una bolsa. Murió por asfixia, víctima de feminicidio.
Fueron 12 días de absoluta incertidumbre en los que las preguntas recurrentes eran: ¿qué pasó con Wilma?, ¿dónde está?, ¿son realmente suyos los mensajes enviados desde las redes sociales?
La búsqueda iniciada por la Policía, desde que Wilma Fernández (39 años) fue reportada como desaparecida en La Paz el 22 de marzo, concluyó con una escena perversa. La mujer, que había llegado hace casi un mes a Bolivia desde Londres, con el propósito de efectuar trámites y luego irse, apareció sin vida, en una bolsa de yute azul, en el camino antiguo a Coroico, Los Yungas. Murió por asfixia mecánica.
Hashiro Oliver H.C., de 27 años, es el autor confeso del feminicidio, según el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo.
La jornada de ayer, la Policía, tras un cruce de llamadas por parte de Inteligencia, detectó que la víctima estuvo en Achumani. Por ello, las fuerzas del orden allanaron ayer la vivienda de Hashiro, donde hallaron 10 elementos relacionados con la fallecida. Había gorras, dólares, chips de celular y otros.
Del Castillo informó que el presunto feminicida actuó motivado por el dinero. Además de haber confesado la autoría, también existen videos en los que Hashiro aparece cargando la bolsa azul, donde habrían estado los restos de la mujer.
Por el crimen, que se resolvió tras 12 días de angustia, la Policía sospecha de la posible participación de más personas en lo que respecta al traslado del cadáver hacia Los Yungas.
CONMOCIÓN
Las imágenes del rescate del cadáver causaron consternación en la ciudadanía. Personal de la Policía Científica dependiente de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), Bomberos y perros adiestrados se concentraron en el lugar del hecho, en Chuspipata.
Recuperaron los restos en una camilla, para luego trasladarlos a la morgue. El cuerpo fue llevado a una funeraria en Miraflores, entre gritos que pedían justicia.
DESAPARICIÓN
El 22 de marzo, Wilma, quien se recibió como administradora de empresas en Inglaterra, fue vista por última vez cuando salía de su vivienda en Bajo Llojeta. El panorama se volvió extraño a partir de entonces, cuando sus familiares y su pareja, Álvaro, comenzaron a recibir mensajes de sus redes sociales en los que Wilma se despedía.
Álvaro, que comandó la búsqueda visitando canales de televisión, dudó de esos mensajes, del mismo modo que los hermanos de la víctima. Este sábado, la despidió con un mensaje emotivo en Facebook. “Amor mío, pronto nos volveremos a ver”.
Fuente: OPINIÓN