Tras la derrota electoral de la izquierda en las elecciones de Madrid este martes, Pablo Iglesias anunció que deja la política partidaria, porque considera que ya no es útil y que pretende no se tapón de nuevos liderazgos.
“Dejo todos mis cargos, dejo la política, entendida como política de partido, entendida como política institucional, seguiré comprometido con mi país, pero yo no voy a hacer un tapón para una renovación de liderazgos que se tiene que producir”, sostuvo.
Iglesias es conocido en Bolivia por su cercanía con el Movimiento al Socialismo. En el pasado expresó su apoyo a Evo Morales y tildó de “golpe” a los sucesos de 2019. Su coalición, Unidas Podemos, también fue investiga por nexos con la consultora Neurona que recibió contratos del gobierno anterior del MAS en Bolivia.
Para participar de las elecciones en Madrid, Iglesias había renunciado incluso a su cargo como vicepresidente del gobierno español. Este martes terminó en quinto lugar, en unos comicios que terminaron con una amplia victoria de Isabel Ayuso del bloque conservador.
En su discurso, Iglesias reconoció que los resultados son un fracaso para la izquierda, sin embargo, lamentó como una “tragedia” lo que ha considerado como un “éxito electoral impresionante de la derecha trumpista”.
Señaló que fue convertido “en un chivo expiatorio que moviliza los afectos más oscuros, más contrarios a la democracia, más contrarios a los servicios públicos, más contrarios a las bases materiales de la democracia”.
Dijo que al ser un “chivo expiatorio” su papel se ve enormemente limitado.
A pesar de que expresó orgullo de liderar un proyecto político que, en su criterio, cambió la historia de España, reflexionó que “cuando uno deja de ser útil tiene que saber retirarse”.
“Yo no sé lo que es el destino, caminando fui lo que fui, hasta siempre”, finalizó Iglesias parafraseando una canción de Silvio Rodríguez.