El reciente «intento de golpe de Estado militar» en Bolivia el 26 de junio ha generado numerosas repercusiones y cuestionamientos.
Un golpe de Estado, o simplemente «golpe», implica la toma repentina e ilegal del poder político por un grupo específico, violando normas constitucionales. Este acto, aunque violento, se diferencia de revueltas, motines, revoluciones y guerras civiles.
Características de un Golpe de Estado
- Violentos y repentinos: Suelen causar muertes y daños materiales.
- Ilegales e inconstitucionales: No respetan normativas legales, actuando por la fuerza.
- Instigados por sectores poderosos: Militares, élites económicas y políticas.
- Establecen gobiernos de facto: Dictaduras o autocracias.
En Bolivia, estos eventos siguen tres pasos:
- Desaparición de opositores: Eliminación de dirigentes contrarios al golpe.
- Conflictos sociales: La policía es superada y la crisis social-económica exacerba a los ciudadanos, lo que lleva a la intervención militar.
- Renuncia forzada: Militares exigen la renuncia del presidente, responsabilizándolo de la crisis.
Causas y Consecuencias Las causas incluyen crisis económicas, sociales o políticas, aunque nunca son legítimas. Las consecuencias pueden ser impredecibles, desde transiciones democráticas hasta dictaduras, incluyendo el derrocamiento del gobierno, la suspensión del estado de derecho y persecución política.
Golpes de Estado en Bolivia Desde 1825, Bolivia ha experimentado numerosos golpes de Estado. Ejemplos notables incluyen el breve gobierno de Hernando Siles en 1930, la presidencia interrumpida de Lidia Gueiler en 1980, y la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada en 2003. En 2019, Evo Morales renunció tras acusaciones de fraude electoral, y Jeanine Áñez asumió el poder interino hasta las elecciones de 2020 ganadas por Luis Arce.