Las mujeres rara vez inician guerras, pero a menudo son las más afectadas: expulsadas de sus hogares, separadas de sus familias y sometidas a violencia.
Sus cuerpos se convierten en campos de batalla cuando la violencia sexual se utiliza deliberadamente para aterrorizarlas. Entre 2022 y 2023, los casos de violencia sexual relacionada con conflictos aumentaron un 50%. Mujeres y niñas son agredidas, violadas, forzadas a casarse y sometidas a esclavitud sexual, enfrentando consecuencias de por vida como estrés postraumático, infecciones, estigma social y aislamiento.
La Trágica Realidad de la Impunidad
La mayoría de los casos de violencia sexual no se denuncian ni se enjuician, dejando a los agresores impunes. Las sobrevivientes a menudo carecen de recursos para sanar, especialmente donde los ataques han destruido instalaciones sanitarias vitales. Cada mujer y niña en cada conflicto merece protección, atención de calidad y acceso a la justicia. En 2023, el UNFPA brindó seguridad frente a la violencia de género a seis millones de personas en 50 países en crisis, ofreciendo más de 1,800 espacios seguros.
Necesidad de Ampliar Servicios y Representación
Debemos ampliar los servicios y cerrar la brecha de financiación para prevenir y proteger contra la violencia de género. Las mujeres y niñas deben tener representación en los procesos políticos y de paz. Su liderazgo puede orientar decisiones humanitarias para reducir y, en última instancia, poner fin a la violencia sexual en la guerra. Una paz duradera será posible cuando silenciemos las armas en lugar de a las sobrevivientes, permitiéndoles vivir con dignidad y seguridad.