El líder norcoreano Kim Jong-un supervisó ejercicios militares junto a su hija, Kim Ju Ae, y llamó al ejército norcoreano a prepararse completamente para la guerra.
Durante los ejercicios, que involucraron paracaidistas, Kim instó al personal militar a estar listo para cambiar el curso de la historia en caso de un conflicto. Aunque no se dieron detalles sobre su testimonio, se compartieron imágenes de Kim y su hija, vestidos con gabardinas de cuero, observando las maniobras.
Estos ejercicios son una respuesta a los recientes ejercicios militares de Corea del Sur y Estados Unidos, que Pyongyang considera una amenaza. Las tensiones en la región han aumentado, con Pyongyang llevando a cabo sus propios simulacros militares desde el inicio de los ejercicios conjuntos entre Corea del Sur y EE.UU.
Kim instó a intensificar las maniobras militares para garantizar la victoria en un posible conflicto real. Además, envió un mensaje provocador al Sur al afirmar que las unidades de artillería norcoreanas podrían alcanzar puntos importantes en Seúl. Las Fuerzas Aéreas surcoreanas también respondieron con un desfile de todos sus modelos de cazas de combate, mientras Corea del Sur destacó su capacidad para defender la capital contra posibles ataques.
Estas acciones subrayan las tensiones persistentes en la península coreana y la creciente preocupación por un posible conflicto militar. La aparición pública de Kim Jong-un con su hija en estos ejercicios podría tener implicaciones tanto políticas como simbólicas, mostrando un mensaje de unidad y fortaleza ante las amenazas externas percibidas. La participación de Kim Ju Ae en este evento militar también resalta el papel de la próxima generación de liderazgo en Corea del Norte.