Antetokounmpo asalta el trono mundial y da el anillo a los Bucks
Portentosa actuación del jugador griego que acabó triturando a los Suns
Medio siglo después resurgió la bestia. Antetokounmpo vuelve a llevar a lo más alto a los Millwaukee Bucks 50 años después con una actuación portentosa ante los Phoenix Suns. El griego subió el último escalón hacia el olimpo y se coloca como el jugador más dominante del planeta.
50 puntos, 14 rebotes y 5 tapones en una de las actuaciones más memorables de todos los tiempos en unas Finales de la NBA. El fenómeno europeo destrozó los planes de los Suns de principio a fin demostrando que ahora el trono le pertenece solo a él. Kareem Abdul-Jabbar y Oscar Robertson, representantes del único anillo de los Bucks logrado en 1971, ya tienen sucesor.
Tensión brutal
El ambientazo en el Fiserv Forum lanzó a los Bucks en los primeros minutos de este sexto partido. Holiday se convirtió en una pesadilla en defensa para Paul y Booker y Antetokounmpo hacía su trabajo en ataque. Durante el primer cuarto el griego convirtió a Ayton en un pívot vulgar en las dos zonas.
Parecía que el plan establecido por Mike Budenholzer marchaba a la perfección cuando, al fin, despertó Chris Paul. El veterano base congeló el partido hasta hacerse dueño y señor en un nuevo clinic de lo que tiene que ser un base puro en la NBA.
Con Booker totalmente secado (sólo cuatro puntos al descanso), CP3 cogió las riendas acompañado del actor secundario Payne para dar la vuelta al marcador con un demoledor parcial de 11-31. Holiday, desdibujado en ataque, era una máquina de perder balones y los Suns acabaron volteando el partido.
Despierta la bestia
Tras el descanso la bestia despertó. Anteto las quería todas y… las metía todas. Triples, penetraciones, tiros libres… de todos los colores le cayeron a los Suns ante un jugador griego desatado e imparable. La exhibición no tenía fin a pesar de los intentos desesperados del equipo de Arizona por sobrevivir a un huracán que acabó pasándoles por encima.
Los Bucks se llevan las Finales por 4-2 después de comenzar con dos derrotas consecutivas. Cuatro partidos seguidos ganando a un súper equipo como los Phoenix Suns representa el poderío, la ambición y la voracidad de un equipo que ya es historia del baloncesto.
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Fuente Marca