En un período comprendido entre el 8 y el 16 de febrero, diversos sectores, desde empresariales hasta gremiales, han alzado la voz en Bolivia denunciando la escasez de dólares, lo que repercute en el encarecimiento de insumos y productos importados.
Organizaciones como la Cámara de la Industria Farmacéutica Boliviana y la Asociación de Importadores de Fármacos alertan sobre la falta de divisas para el pago a proveedores extranjeros. Desde Santa Cruz, la Asociación de Avicultores expresa su necesidad mensual de 1,2 millones de dólares para mantener la producción de pollo y huevo, generando incertidumbre al carecer de divisa extranjera.
Microempresarios y gremios, afectados por la imposibilidad de importar, se suman a las críticas. El aumento de precios se evidencia en productos como materiales escolares y mochilas, atribuido por algunos a los costos mayores impuestos por importadores debido a ajustes en la moneda extranjera. Diversos sectores, desde ganaderos hasta autoridades subnacionales, expresan su inquietud por el impacto en la economía local. A pesar de la respuesta del Gobierno, representantes de la industria señalan que la situación persiste desde febrero de 2023, cuando se implementaron medidas para preservar las Reservas Internacionales Netas.