El economista Alberto Bonadona y su colega Gonzalo Chávez han expresado preocupaciones sobre la modificación propuesta a la Ley de Pensiones en Bolivia. Bonadona alerta que la reforma busca implementar la jubilación forzosa, exigiendo a trabajadores mayores de 65 años pasar un examen físico y mental.
Considera que esto podría resultar en una jubilación forzosa de facto para sectores profesionales. Además, destaca que colegios profesionales, como el de médicos, lo califican como un «atentado a su dignidad.»
Por otro lado, Chávez advierte que la reforma busca beneficiar a grupos afines al Gobierno, especialmente a mineros, a través de un aumento al fondo solidario mediante una contribución «disfrazada.» Critica que la contribución solidaria no sea voluntaria y señala que los políticos no estarían sujetos a la misma regla de jubilación forzosa.
Chávez propone que la mejora en las pensiones debería comenzar con una jubilación al 100% del último salario, similar a lo que reciben los militares.
El ministro de Economía, Marcelo Montenegro, sostiene que la edad de jubilación sigue siendo 58 años y que aquellos que deseen trabajar más allá de esa edad pueden hacerlo. El proyecto de ley, aprobado en comisión, será tratado en el pleno de la Cámara de Diputados.
Marco Mercado, de la Unidad del Sistema Integral de Pensiones, defiende la reforma, argumentando que no impone una jubilación forzosa y beneficia a la población, aumentando las pensiones hasta en 1,000 bolivianos.