En medio de un bloqueo en la carretera que conecta el norte de La Paz con Rurrenabaque, Beni, el director de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), Germán Jiménez, reveló que dos cisternas con 48.000 litros de combustible están varadas en la entrada a Rurrenabaque. Estos suministros estaban destinados a las estaciones Cruce de Oro y a la estación de servicio de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
El viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos, descartó la intervención policial y señaló que el bloqueo tiene «tintes políticos» impulsados por intereses individuales. Afirmó que el diálogo es la vía adecuada para resolver la situación y que el Gobierno no caerá en provocaciones que generen conflictos entre bolivianos.
En el segundo día de protesta, los manifestantes amenazan con tomar el aeropuerto si sus demandas no son atendidas. Los puntos de bloqueo incluyen el puente que conecta San Buenaventura, salida e ingreso a Reyes, y la entrada a Rurrenabaque.
Jiménez y Ríos aseguraron que el Gobierno está abierto al diálogo, pero denunciaron que un grupo mal utilizado está obstaculizando la distribución de combustible, afectando la economía local. A pesar de afirmaciones de falta de atención a reclamos, el Gobierno niega negligencia y sostiene que ha mantenido reuniones con el sector afectado.