En estos más de 15 años las relaciones diplomáticas de Bolivia se han caracterizado por una improvisación total, advierten analistas
Las relaciones de Bolivia con las naciones vecinas son muy adversas por el cambio de gobiernos con diferente orientación ideológica y el debilitamiento de los gobiernos populistas del Siglo XXI, afectada además por la débil lucha contra actividades ilícitas como el narcotráfico, contrabando, robo de vehículos, crisis migratoria, entre otros, sostienen analistas.
“Se está complicando mucho el tema internacional. Estamos pagando la cuenta de estos más de 15 años de improvisación y el manejo de las relaciones exteriores con afanes domésticos, de política interna, el peor error que se puede cometer porque lo que se hace son buscar ventajas a a corto y mediano plazo arriesgando los intereses permanentes y de largo plazo”, afirma el diplomático y exembajador de Bolivia ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Jaime Aparicio Otero.
El diputado por Comunidad ciudadana (CC) y también diplomático, Gustavo Aliaga Palma, coincidió con Aparicio Otero al sostener que las relaciones diplomáticas de Bolivia se han caracterizado por una improvisación total.
Según informes, en muchos periodos, la diplomacia boliviana estuvo subordinada a las variaciones o movimientos de la política interna y a los gobiernos de turno.
“Sin embargo, las relaciones diplomáticas tenían un alto nivel con algunos países, entre ellos los cooperantes, pero que se debilitaron en lo más de una década del gobernante MAS. Entre estos, Estados Unidos, Unión Europea, además de países cuyos gobiernos no coinciden con el gobernante de Perú”, sostiene la politóloga Patricia Velasco Burgos.
Asimismo, se indicó que Bolivia se mostró indiferente a los grandes conflictos internacionales, como la invasión de Rusia a Ucrania, o el reciente ataque de Hamas a Israel.
Punto muerto
De acuerdo con los analistas, entre las relaciones más difíciles de Bolivia es con Chile, que pese a tener gobiernos coincidentes ideológicamente, entre ellos, el último de Gabriel Boric, no se pudo reestablecer embajadas, más aún con las demandas que confrontó a ambas administraciones en Corte Internacional de Justicia de La Haya: la reivindicación marítima y las aguas del Silala.
“Con Chile las relaciones están en cero. En el tema marítimo se ha perdido toda esperanza de una negociación que acabe con una salida soberana, esa puerta se ha cerrado, no le debe nada a Bolivia, para colmo eso no ha tenido las consecuencias que debería haber tenido para Evo Morales”, aseguró el abogado y diplomático, Aparicio Otero.
Agregó que ‘luego ha venido la derrota en el mismo escenario internacional, La Haya, el Silala, que también ha sido una irresponsabilidad de Evo Morales, atacar a Chile sin tener ningún conocimiento’.
“La empresa holandesa que ha contratado Bolivia es la primera que ha dicho que el Silala evidentemente es un río, entonces, todo esto muestra un gran absurdo en la política exterior, pero lo más grave es que esta improvisación ha tenido el respaldo de los países del grupo de Puebla”, indicó.
El gobierno de Luis Arce, pensó que con Boric en la administración de Chile, sería más factible dialogar sobre la demanda marítima.
“Con Bolivia, más allá de ese tema puntual (salida al mar), donde tenemos diferencias sustanciales, porque Chile no negocia su soberanía, tenemos muchos otros puntos en común”, dijo en su oportunidad el presidente chileno.
Asimismo, Boric llegó a la frontera con Bolivia, con su ejército movilizado, para exigir a Luis Arce que actúe con seriedad en el tema de la migración venezolana.
Vuelco de 360 grados
En tanto, la relación muy cercana con Argentina, cuando estaban los kichneristas, dio un giro total.
A un par de semanas de haber asumido la presidencia el libertario Javier Milei, ya optó por tomar medidas para proteger sus fronteras contra los ilícitos del contrabando, el narcotráfico, además de injerencias externas que busquen desestabilizar su gobierno.
“Tenemos un gobierno en Argentina que va a ser muy contrario a las políticas que lleva adelante el presidente Arce. Además, está el tema del narcotráfico y otro elemento, los intentos de desestabilización que intentó hacer en frontera Evo Morales con su runasur”, sostuvo Aparicio Otero.
Agregó que ‘están muy conscientes en Argentina que tienen que estar alertas por ese sector debido a la alianza que tuvo Morales con estas organizaciones para tratar de penetrar las fronteras, su cercanía con Milagros Sala, vinculada con el narcotráfico’.
Brasil
Pese a la cercanía y apoyo que tiene del gobierno de Lula da Silva, los analistas consideran que el gobierno de Brasil está siendo cauto, porque no ‘quiere seguir siendo acusado de ser un país tránsito del narcotráfico’.
“Brasil es el único país con el que todavía hay una relación ideológica, pero ya no nos compra gas, además que Lula ya no está interesado en un proyecto regional como antes, está concentrado en su país, mirando a otros escenarios”, dijo Velasco Burgos.
La relación con Colombia de Gustavo Petro, los analistas sostienen que este gobierno de izquierda ‘no es un aliado que pueda dar oxígeno porque la imagen de Petro está muy deteriorada internamente’.
Bolivia y los ataques a gobierno de Boluarte
Las relaciones de Perú con varios países con gobiernos de izquierda se han enrarecido desde que Dina Boluarte sucedió a Pedro Castillo en la presidencia.
Ha tenido roces diplomáticos con México, Colombia, Chile y Honduras, pero con Bolivia la situación es más crítica.
En diciembre de 2022, el Gobierno boliviano suscribió un comunicado conjunto con México, Argentina y Colombia en el que expresó “su profunda preocupación” por los sucesos que desembocaron en la salida del poder de Castillo”.
Con Ecuador, las relaciones tampoco avanzan debido a que es una administración de corte liberal.
Fuente: Los Tiempos